sábado, 29 de diciembre de 2007

Extraños Gatos


Como dos extraños nos conocimos
Como dos extraños terminamos

Profundas heridas cubren mi piel
Y es que los años se llevaron
El poco valor que me queda en los puños
Soportando el adiós
Aprieto mi alma contra el corazón
Para maniatar la intensidad del dolor

Si a la locura se le puede dar un nombre
Tendría el mío escrito en su frente
Si perdí la cordura en tus desprecios
Espero que logres olvidar mis excesos

Como dos extraños nos comprometimos
Como dos extraños nos desvivimos

Y aún así / aquí me tienes a tus pies
Viviendo como una sombra
Como una hoguera que nunca se apaga
Como el río que siempre fluye
Como la sangre que no deja de fluir en tus venas
Como las lágrimas que siempre se deslizan por tus ojos

Sigo siendo el vacío
La profunda soledad de una noche sin final
El primer día de un día que nunca termina
El camino que siempre va en círculos
Las estrellas que ocultan las nubes

Como dos extraños nos perdimos
Como dos extraños nos encontramos

Inmensas angustias pueblan mi alma
Terribles melancolías se alojan en tus sueños
Nuestra nostalgia nos jugo una mala pasada
Cuando nuestras miradas se mezclaron
Con el frío invierno de una noche

Ahora aquí / tu y yo
Sin saber que decir
Sin una palabra para calmar el dolor
Sin ninguna caricia para aliviar las heridas
Porque...

Como dos extraños
Nos comportamos
Cuando dos extraños
No conocen de final
Con los años

sábado, 22 de diciembre de 2007

Táctica y Estrategia - Mario Benedetti


Mi táctica es
Mirarte
Aprender como sos
Quererte como sos

Mi táctica es
Hablarte
Y escucharte
Construir con palabras
Un puente indestructible

Mi táctica es
Quedarme en tu recuerdo
No sé cómo ni sé
Con qué pretexto
Pero quedarme en vos

Mi táctica es
Ser franco
Y saber que sos franca
Y que no nos vendamos
Simulacros
Para que entre los dos
No haya telón
Ni abismos

Mi estrategia es
En cambio
Más profunda y más
Simple
Mi estrategia es
que un día cualquiera
No sé cómo ni sé
Con qué pretexto
Por fin me necesites


Siempre he disfrutado escribir, siempre me ha gustado leer, siempre me ha encantado pintar; esas simplezas para algunos, son fundamentales para mí, para seguir, para vaciar la oscura sangre que fluye por mi podrido corazón, y es que como diría Goethe alguna vez: "La literatura es una forma de liberación", claro que en mi caso, incluyo todo tipo de arte, hasta mi afición por tocar la guitarra.

Siempre he leído poesía, por influencia indirecta de mi madre, por influencia directa de mi tío y por la necesidad que afloraba en mi espíritu; como todo lector que se respete, siempre se empieza con Vallejo, Neruda, García Lorca, Amado Nervo, Borges; pero siempre tuve una afición especial por Benedetti. Sus escritos se acomodaban a mis realidades en tiempos de dudas existenciales y amores que a veces parecen fugaces por la intensidad de la llamarada.

A veces me imagino a Benedetti soportando las críticas que se mezclaban en su poesía, esa irreverente situación que nos lleva a pensar si lo que hacemos de corazón está bien; imagino que él siempre tuvo sus respuestas, así como yo tengo las mías, no siempre claras pero son mis respuestas. Adivino cuanto debió soñar y seguira soñando y compartiendo sus sueños, como yo tuve y tengo sueños, claro, ahora son sólo míos, de nadie más; sólo puedo dejar que se conozcan, de alguna manera loca, sin explicación previa o posterior, pero compartirlos, no más.

Hagamos Un Trato – Mario Benedetti

Cuando sientas tu herida sangrar
Cuando sientas tu voz sollozar
Cuenta conmigo

(de una canción de Carlos Puebla)


Compañera Usted sabe
Que puede contar conmigo
No hasta dos
O hasta diez
Sino contar conmigo


Si alguna vez advierte
Que la miro a los ojos
Y una veta de amor
Reconoce en los míos
No alerte sus fusiles
Ni piense qué delirio
A pesar de la veta
O tal vez porque existe
Usted puede contar
Conmigo

Si otras veces
Me encuentra
Huraño sin motivo
No piense qué flojera
Igual puede contar
Conmigo

Pero hagamos un trato
Yo quisiera contar
Con usted
Es tan lindo
Saber que usted existe
Uno se siente vivo
Y cuando digo esto
Quiero decir contar
Aunque sea hasta dos
Aunque sea hasta cinco
No ya para que acuda
Presurosa en mi auxilio
Si no para saber
A ciencia cierta
Que usted sabe que puede
Contar conmigo

viernes, 14 de diciembre de 2007

Lounge Act (I'm So Sorry)

Iba en el bus, sucumbiendo como siempre a mis pensamientos tormentosos que me llevan de la mano por mis recuerdos, Ahí estaba yo, por aquellos senderos de traición que ya no me sorprende conocer cada día, rodeado de tantos rostros, pero a la vez tan solo, Ese vacío a veces no lo puedo soportar, mi corazón es algo débil con la lucidez, Me sorprende que sigas acá papá, sueles buscar calmar tus ansias refugiándote en la soledad, Lo lamento, sólo te vi un instante que se hizo eterno en mis retinas, sí, allí estabas tu mi niña, con esa claridad de tu alma que me obligó a levantar la cabeza para verte pasar, sólo verte pasar, consumiéndome la maldita impotencia de no poderte abrazar, Es que el tiempo ha pasado, somo distintos espíritus ahora, No es cierto, mientes, mientes, mientes, tú estás aquí te estoy mirando, tal como te idealizé, tal como te describí en mis pensamientos, con el carbón de mis recuerdos, con las pinceladas de arco iris que siempre perfilé para ti...

No necesito mentir, tu sabes que esta es una fantasía que siempre te juega tu mente, nada más que ahora, me has visto como me imaginaste, Si, lo sé, te vi pasar, con aquellas curvas de tu rostro tan parecidos a los de tu madre, tienes su claridad, su belleza, su transparencia, esa mirada cautivadora que tantas veces me conquistó, pero que en ti conserva esa inocencia de la primera vez, tu cabello ensortijado que se posaba sobre tus hombros, esa pequeña sonrisa candorosa que destella en mis recuerdos y esas cejas pobladas y azabaches tan parecidas a las mías, sólo que mi recuerdo me juega malas pasadas cuando rememoro la primera vez que te imaginé, pero siento tus reminiscencias golpeándome con claridad cada día, y allí estás otra vez, y otra vez, acercándote hacía a mí, un extraño tomándote de la mano, te guía en tus pasos, no puedo ver sus rasgos, sólo tengo conciencia de tu faz y mis ojos te miran a ti, buscando que desprendas una mirada para mí, y lo haces, levantando tus ojos y por un soplo de tiempo te tengo ahí, observándome con tu mirada eterna que se tatuó en la piel de mi memoria, y mis pupilas no se pueden desprender de las tuyas mi niña, pero te vas y mi realidad se vuelve a teñir de gris, regreso a la miseria que es caminar sin ti.

Sólo imaginas, y en ese desvarío mental, me percibes como lo que alguna vez pude ser, soy un espíritu más que te susurra en los oídos y se desvanece cuando vas a perder la cordura, y en ese juego cruel que tu me obligas a cumplir, te presiono el corazón con tus propios huesos, te araño el alma con tus propias uñas, te quemo la piel con tu propio fuego, No, este dolor no lo provocas tú, este suplicio yo mismo lo busqué, recorriendo esos parajes vacíos, creyendo inmortal mi amor e indestructible mi corazón coraza, cuando tu madre me dejó, todo se desvaneció como en una de esas pesadillas que aún pululan en mis almohadas, pero al verte a ti hoy, mis palabras han cobrado valor, porque te escribí en mi ensoñación, en mi delirio por ti, mi pequeña Breña, Olvidalo, ya no tienes nada que perder, ya no soy más tu sueño, estoy lejana como tus pasos en las mañanas.

Cómo es posible, gritó el hombre de bata blanca, mientras los dos jóvenes se cuestionaban sobre como habían llegado hasta allí, lo único que recuerdan es una niña con ellos, pero no está, A dónde se ha ido, preguntó el joven de polo azul, La tenía hace un rato tomada de la mano, El otro, un joven de polo verde, sólo hizo un gesto de ignorancia para expresar su mismo desconcierto, Cómo es posible que no se hayan dado cuenta, volvió a gritar el hombre de bata blanca, por su culpa ella se nos ha ido, Y el llanto discurrió de sus ojos, Era tan extraño ver a un médico llorar, pensó el joven de polo azul, suelen ser tan fríos los hospitales que han olvidado sus propios sentimientos entre los intrumentos que usan para salvar vidas. Allí, inmerso en ese desconcierto, el joven de polo azul se preguntaba, a que se refirió el médico al decir que ella se nos ha ido, y quien era la niña que sabía que estaba con ellos, pero que no podía recordar, su mente se despedía por mundos y universos interminables buscando las respuestas que jamás encontraría su imagen terrenal, Porqué soy real no, yo estoy aquí y esto esta pasándome a mi y a todas las personas que están a mi alrededor, no, esas cuestiones inquietaron tanto al joven de polo azul, que empezó a lanzar miradas desaforadas a la gente que pasaba por su lado, los médicos, las enfermeras, los pacientes, el personal de limpieza y de seguridad, a todos los miraba con extrañeza buscando esa aparente realidad oculta tras sus rostros o sus cuerpos, su mirada se perdía en algunas personas, De pronto, un sentimiento extraño empezó a aflorar por sus ojos, un llanto inmisericorde que lo hizo recordar, que aunque no le devolvía la realidad que buscaba, ciertamente lo acercaba aún más, mientras, el joven de polo verde trataba de calmar al médico en su congoja, hasta que, como un sonido de un universo paralelo, como un rugido de otra dimensión, sonó el teléfono. Los tres se miraron, girando sus miradas hacia el aparato que tañía, mientras todo a su alrededor se desvanecía como una niebla matinal.

...Él se despertó con el alma en los labios, con el corazón tratando de escaparle del pecho a golpes, por su frente discurrían lágrimas de sudor, su respiración agitada, amainaba al percatarse de donde se encontraba, las mismas sombras en las paredes, el mismo cielo gris que siempre lo despertaba, con el torso desnudo y los brazos sosteniendo su espalda, sus pupilas tilitaban buscando acomodarse a la realidad...

...Creo que volví a soñar contigo, mi querida Breña, perdóname, ahora sé, que ya no estoy en aquel bus...

jueves, 13 de diciembre de 2007

Bienvenida - Mario Benedetti

Se me ocurre que vas a llegar distinta
no exactamente más linda
ni más fuerte
ni más dócil
ni más cauta

tan sólo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabés cómo te pienso y te enumero

después de todo la nostalgia existe
aunque no lloremos en los andenes fantasmales
ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco

yo nostalgio
tú nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie

tu rostro en la vanguardia
tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
con trazos invisibles y seguros

no olvides que tu rostro
me mira como pueblo
sonríe y rabia y canta
como pueblo
y eso te da una lumbre
inapagable

ahora no tengo dudas
vas a llegar distinta y con señales
con nuevas
con hondura
con franqueza

sé que voy a quererte
sin preguntas
sé que vas a quererme
sin respuestas


Desde que descubrí a Benedetti, una tarde de domingo encerrado en la biblioteca de mi tío, siempre me sorprendió su cotidianeidad, esa facilidad para expresar lo sencillo de la vida y, sin embargo, es tan difícil, a la vez, tratar de hacerlo. Benedetti es uno de mis poetas favoritos y sé que también el tuyo, porque algunas de sus frases se han escapado entre nuestros abrazos o en los trazos de color que has colgado en tu habitación como tiernos destellos de una llama que nunca se apagó. Imagino el instante en el que escribió, rodeado de frases inconclusas y sueños sin cumplir, como este instante en el que nos ahogamos en besos y que después siempre quieres que culmine, para volver a empezar...

sábado, 8 de diciembre de 2007

Conversaciones Desde El Fondo...

Si alguna vez los sueños fueron el desvarío de una realidad, no dudo que sea en esta ocasión en la que siento que toda mi vida ha sido un juego onírico, que he vivido encerrado entre las cuatro paredes de una caricia que siempre desgarra mi nostalgia.

Suele pasarnos a nosotros, los soñadores de mundos inmateriales, que cuando sienten que su universo va a cobrar vida y se podrá pisar firme, en ese instante se desvanece como la niebla de una mañana de invierno, lentamente y sin poder evitarlo, Tus analogías suelen ser tontas, cómo vas a comparar tu sueño, con la niebla que nubla y que cuando se va te sientes triste, Quizá siempre he vivido detrás de la niebla y cuando se va, demasiada luz no deja ver.

Siempre sueño, constantemente me refugio en mis propias utopías personales, en mis propias divagaciones mentales que tanto me hacen feliz, Soñé contigo anoche, como suele suceder desde que no te veo, desde que ese páramo oscuro en el que me he perdido con la esquela de un adiós, apareció bajo mis pies, Y es ahí donde siempre me tienes, En realidad, no te tengo sólo te veo y te observo de lejos, agazapado en la cobardía de un hastaluego, en el instante de un beso que se acurruca bajo vuestra blusa, en el conformismo de una mirada complicada para un corazón de cristal, Sueles decir tantas tonterías cuando hablas conmigo, No te has puesto a pensar que de repente no soy yo el que te habla.

Pero a la vez de soñar, soy un sueño que no se puede recordar, ni luz ni oscuridad, simplemente un vació que no saben porque se refugió al costado del candil, ese despertar sin ojos, esa ceguera para una visión. Soy aquel que puede soportar el dolor del que no puede sufrir, No me quieren hacer daño, ni patear el corazón, pero para que otros no estén tristes, yo debo de sufrir; En mi orilla no encontraré felicidad, mi dolor no le importa a nadie, soy el conejillo de indias de un juego cruel, que a pesar de perder, no me importa ceder.

Acá, en la soledad de una habitación que no es la mía, me cuestiono sobre mí, sobre ti, sobre ese pequeño futuro que aún nos sobra en los bolsillos, Afuera es madrugada, las calles hasta ahora prácticamente cerradas, sin comercio, se mezclan con la oscuridad, sólo el frío ruido de la noche domina el instante, Mirando los gatos cruzando los tejados, en busca del amor, Mientras acá yo lo tengo en mis manos, Pero, De quién es, Las luces están apagadas, sólo la mía guarda su esperanza como última desilusión de un mañana.

Tal vez sólo me miras porque no tienes otro lugar al que girar, Te he dicho que jamás me había sentido así, Yo tampoco, pero hasta ahora, este sentir era tan hermoso, Porqué era, Porque ya no está acá, como el que tú dices sentir así.

Las palabras me parpadean en las manos, como el dolor tiritando en cada frase que has pronunciado por el teléfono, Quién se queda con el desconsuelo, Pues ya sabes como es, soy el mismo, puedes partir en pedazos mi alma y quedarte con los trozos en los colores que te pinté y cuando me quieras ver morir, sólo hace falta que ustedes dos, los bañen de sal.