A Rainy Night

Noche Fría invadida de soledad, sin respuestas próximas a tantas preguntas; ¿quién soy yo para cuestionar o exigir lo qué debe pasar en mi vida?, no propicio el cambio, me lamento de mi situación, me río de eso, pero no hago nada por cambiar. Y ¿qué hace ella?, muchas cosas, lo sé, me siento tan bien a su lado, pero sólo cuando me desea a su alrededor, cuando sus demonios están alojados en su alma, que a la vez de pura también es vengativa. ¿Qué me motiva a sentirme de esta manera?, sé que no doy lo mejor de mi, que nuestras vidas con el tiempo han cambiado, mis ilusiones muchas veces se tornan grises o es que la realidad a mi alrededor a cambiado... No lo sé, sólo que tengo las respuestas, pero son tantas que se mezclan en mis pensamientos. Esta noche fría, es como cualquier otra, pero, es diferente, estoy sentado sobre la misma silla vieja, donde siempre me he sentado a escribir, a leer, a llorar; en fin toda clase de tonterías de las que te avergonzarías si estuvieras consciente porque las haces.
Mientras escribo, mis ideas se disipan más y más y ya no me importa si el teléfono suena o no, si es que soy protagonista de pensamientos o si en algunas horas formaré parte del repertorio de algunos sueños; son en estos momentos , cuando siento a mi alma tan frágil y sedienta de esencia, son en estas noches frías cuando todo está tan próximo a mi piel, a veces te pienso y busco sonrisas que no he de encontrar, sonrío al tiempo que me da este vacío para salirme de mi propia realidad y observarla con ojos de espectador, esperando, consciente del dolor, la rabia, la impotencia y todas esas emociones que me hace sentir, sólo ella tiene esa virtud... Sólo ella puede escribir una verdad sobre una mentira, sólo ella sonroja sus mejillas color rosa cuando algo me oculta, he aprendido a entender, mas no por completo, sus actitudes y sus maneras de mentir, sé, que para mi, no es muy bueno admitir que soy un imbécil, muchas veces lo he pensado y siento, ¿por qué no lo piensa?, que no soy yo la persona que tiene el valor para destruir sueños.
Pero tu sigues allá arriba, como siempre y te pienso y te necesito, pero mi orgullo, que tu ayudaste a formar, no me da opción a decirlo. Sigues allí, sentada y muchas veces te observo y sé que moriría por ti , te miro sin que me mires y en mis pensamientos me destrozo los nudillos contra las paredes de mis limitaciones por no darte algo mejor, lo que en verdad mereces.
Nunca, ni en esta noche fría, la impotencia de ser lo que no soy, me ha carcomido las manos impidiéndome abrazarte. Ya no soy el mismo, tu te preocupas a tu manera y te agradezco todo lo que humanamente me das, te agradezco todo lo que has dado por mi, lo que has entregado o recibiste para ser lo que soy, para darme lo que jamás nadie hubiera podido llenar en mi. Lo que soy te lo debo a ti y en esta noche fría, mis pensamientos y mi lenta agonía no dejan de fluir hacia ti... Tengo el valor de escribirlo, aquí sentado como cada noche en las que ya no soporto la melancolía, y tu siempre, sin ser fría, me das un beso sin sabor a despedida.
Siempre que caigo, tu me levantas, mas si no fuera por ti, yo nunca habría despertado de su hechizo. Ahora que te veo sentada, allí, como siempre, tan pura, tan bella que cada cabello que flota de tu cabeza no hace más que acabar con tus otoños; ahora que sigues allí y me miras y te miro, y no sentir llegar la maldita fuerza que me de valor de decirte: "Te quiero", ¿me escuchas?, se qué tu lo sabes, cuando miras y preguntas: "¿Qué tal?", se me abre el mundo para darle refugio a tus palabras, y que, con sólo sonreirnos, estaremos bien... hasta nuestras próximas sonrisas en una noche fría...